miércoles, 9 de diciembre de 2009
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En mis viajes por los más oscuros lugares en busca de opios mágicos, un anciano, en su lecho de muerte, me pidió que tradujera un manuscrito de incalculable valor, Las Crónicas del Rey Lagarto, los anales de una civilización perdida, de un imperio de rebeldes que se asentaron en el palacio de un gran reptil que adoraban como a su rey y su dios a la vez... aquí iré traduciéndolas, para que su memoria, no caiga en el vacio...